En el transcurso de estos días probablemente algunos se han preguntado: ¿qué es lo que le DEBEMOS enseñar a las generaciones futuras sobre lo que está pasando en la ACTUALIDAD?
Creo que esto es un momento decisivo para el resto de la historia de la humanidad. Este será el momento que definirá QUÉ SEREMOS, CÓMO LO SEREMOS y CUÁNDO LO SEREMOS.
¿Por qué? Bueno, porque justo se nos están presentando cada vez más cosas que nunca antes habían sido vistas. El mundo está cambiando. Y las personas nos estamos dando cuenta de bastantes cosas de las cuales tal vez ya estábamos enterados, pero ahora no podemos mirar hacia el otro lado. Finalmente estamos en ese punto donde simplemente el mirar a otro lado por simple incomodidad o ignorancia, es formar parte del problema. No podemos fingir que nada está pasando. No podemos no llevarnos nada de esta situación. Creo que sobra decir que el futuro del mundo, de nuestro país, se define ahora.
Y pienso ampliamente que aquí es cuando entra la educación. Soy fiel creyente que la educación realmente puede cambiar al mundo. Y lo que estamos viviendo este 2020 es un claro ejemplo. Si no nos educamos, puede que ofendamos a personas que están enseñadas a luchar desde que nacen simplemente por un tono de piel. Y esto es un asunto que muchos creíamos que estaba arreglado o que no pasaba demasiado. Me incluyo en esto. Creía que, no era tan grande, que no asesinaban, que no los agredían o trataban de una manera totalmente injusta. Pero nos hemos dado cuenta que no es así. Que vivimos en un mundo muy cruel, donde las personas con autoridad se sienten con permiso y licencia de asesinar. De convertirse en un asesino meramente por creencias absurdas. Y claro, porque el sistema dentro del que vivimos lo permite, lo abraza, lo defiende a morir. Y porque se prefiere ver a una NACIÓN ENTERA estallar, antes que HACER algo, antes de aplicar #JUSTICIA. Esto solo hace que los asesinatos, el enojo y la impotencia crezca y que un país entero se mueva, se haga notar y grite con todas sus fuerzas.
¿Cómo hacer ahora, para que llegue al mensaje correcto a futuras generaciones?
Esta guerra, esta lucha, esta pelea por derechos humanos no ha terminado. Mientras escribo esto me aterroriza saber que esto apenas está comenzando. Todavía no se define nada y las personas SIGUEN peleando por sus derechos, no se están quedando calladas, no están dejando que sean oprimidas aun cuando la policía: la autoridad legal, agrede físicamente, ignorando el derecho humano y elección de protestar de manera pacífica. Lo único que hace esta gente es #GRITAR. Gritan porque están cansados, gritan para ser escuchados. Gritan porque no hay otra forma de marcar y hacer ver su impotencia, por más que incomode. Esto justamente, es importante para la historia. Y para decidir cómo reflejaremos esta realidad por la que se luchó para ser validar los #DERECHOSHUMANOS. Todo lo que está pasando nos sirve para levantar nuestra voz, y al mismo tiempo ENSEÑAR. EDUCAR. Y claro, APRENDER. Aprender y nunca dejar de hacerlo. Somos lo que verán, somos lo que se escribirá en libros de texto. Y no esperamos que se censure nada. Tampoco que se distorsione la historia, como ya se ha hecho. Esperamos que se cuente tal y como fue, tal y como está sucediendo. Que no protejan a las autoridades. Después de todo, ellos tampoco nos han protegido a nosotros. Que no hagan esta comparación de lo que está “bien” y lo que está “mal” basado en creencias que únicamente se refieren y defienden al sistema autoritario que nos castiga por alzar la voz. Por buscar justicia.
¿Qué es lo que buscamos transmitir y enseñar?
Primeramente, que alguna vez todos hemos sido culpables del racismo, del clasismo. Aquí el del problema, no es solamente E.U.A. México es de los países con más racismo inculcado. Y queremos que se vea precisamente esto, que a lo largo de los años hemos discriminado y dejado que otros discriminen por tono de piel, cantidad de dinero, estatus social, viviendas alejadas de la ciudad, etc. Los habitantes indígenas son el ejemplo más claro, aunque no el único. ¿No es algo raro que una mayoría de personas con tono de piel moreno sean los que se encuentran en instituciones de educación públicas, con bajo nivel? ¿Y que casualmente, en las universidades, preparatorias y secundarias con más prestigio predominen los jóvenes de tez blanca?
Definitivamente, nos hemos percatado en estos días del nivel de #HipocresíaMexicana. Esto es algo que vale la pena mencionar para poder apoyar a las generaciones que vendrán después de nosotros y a lo que le espera a México. ¿A qué me refiero con hipocresía mexicana? Bueno, tenemos que recordar primeramente la lucha social que también lleva años dentro de nuestro país: la lucha feminista. Sí, aquella que nos recuerda que cada día hay 10 mujeres más asesinadas, siendo víctimas del feminicidio. Es muy importante decir también, que esto en ningún momento le baja la importancia a la problemática de racismo y asesinatos en Estados Unidos y en nuestro propio país. Sin embargo, nos da un panorama en el que el mexicano se une a marchas sociales de otro país, al mismo tiempo que apoya el que se derrumben edificios y vandalice propiedad privada y pública, y que hasta se quemen infraestructuras. ¿Suena conocido? Sí, eso pasó el 8 de marzo y en marchas feministas anteriores. Sin embargo, no bajaron las críticas hacia estos actos. Pero lo que se demuestra en ambas situaciones es lo mismo; gente con impotencia. Gente harta. Gente que solo busca ser #ESCUCHADA. Ahora bien, ¿por qué estamos de acuerdo con que esto suceda en otro país, pero no en el nuestro? ¿por qué estamos en desacuerdo con la lucha feminista?
¿Qué me dicen de los 43 estudiantes de Ayotzinapa? Son 43 individuos que tenían sueños por lograr y una vida que llevar a cabo. ¿Se imaginan como hubiera resultado todo si hubiéramos protestado y nos hubiéramos unido de la manera que hoy se está haciendo? No sabemos lo que habría pasado, pero es difícil callar a tanta gente enojada. Algo hubiéramos conseguido. Porque eso es pelear por nuestra gente. Pelear por las cicatrices que nuestro propio gobierno le ha dejado al país. Y las que nos ha dejado a nosotros.
Sobra recordar que en cuanto se viralizó el movimiento #BlackLivesMatter vimos a muchos de nuestros amigos publicar alguna foto en #Instagram, algún #tweet o publicación en #Facebook, como demostración de su apoyo y solidaridad hacia la causa. Días después nos enteramos del caso de #GiovanniLópez, hombre de 30 años; golpeado, torturado y finalmente asesinado por los policías municipales de Ixtlahuacán, Jalisco. ¿Qué fue lo que pasó? Bueno, pareciera que esos mismos amigos desaparecieron. No todos, pero algunos sí decidieron hacerse de la vista gorda, como si no fuera importante, como si no hubiera ocurrido, o peor aún; como si fuera algo normal. Esta apatía entonces, ¿viene de un país en el que se ha normalizado tanto la violencia y corrupción sistemática que optamos por no alzar la voz cuando un evento así ocurre? Giovanni no fue el primero. Tal vez no sea el último. Esto es algo que pasa todos los días en nuestro país: policías violando, policías torturando, policías asesinando. Policías abusando de la autoridad porque saben que no habrá consecuencias para ellos.
Con todo esto, precisamente se busca transmitir el reconocimiento de que nuestro país tiene bastantes problemas en exceso; entre ellos, racismo, clasismo, homofobia, machismo. Creo que es un buen momento para EMPEZAR por verse a uno mismo. Porque TODOS hemos sido en algún momento parte de estos problemas. Pero de esto se trata, de deconstruirse. De reinventarse, darse cuenta de aquellos errores, saber reconocerlos y no volverlos a hacer. No volver a caer y #DISPERSAR el respeto a todo humano. Hacer ver que TODOS y TODAS merecemos que se nos trate con dignidad y que en ningún momento está bien designar palabras con el propósito de minimizar a la gente.
Y claro, la lucha contra este sistema con falta de justicia en el que hemos estado sometidos por años continuará hasta que sea algo que se enseña en escuelas.
¿Ya quedó claro? Bien, ahora solo ESPÁRCELO. La sociedad mexicana se tiene que dar cuenta de todo lo que hacemos mal, todo eso que ignoramos y dejamos pasar. No estamos bien, hay muchas cosas que erradicar. Pero darse cuenta es el primer paso siempre. El siguiente es hacer algo: podemos cambiar, podemos hacer ver, podemos compartir y esparcir este propósito de lucha. Dejemos un México mejor, un México del que no nos avergoncemos y en el cual se nos antoje vivir. Más que a nosotros, a los que vienen después de nosotros. Probablemente el 2020 sea el año más histórico que se ha vivido en el mundo. Hagamos que realmente quede en la historia esta lucha por los derechos, esta lucha por la #justicia que merecemos desde hace años.
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